miércoles, 1 de diciembre de 2010

Los bueyes que nunca se cansaban.

LECTURA Nº 13

Su padre era labrador y tenía algunas tierras. Una tarde se durmió arando
con los bueyes. Y como no volvía el arado, los bueyes siguieron y se salieron del
campo. El hombre seguía andando, con sus manos en el arado. Iban hacia Poniente.
Tampoco a la noche se pararon. Pasaron ríos y montañas sin que el hombre
despertara. Hicieron todo el camino hasta llegar a Portugal. El hombre no
despertaba. Algunos vieron pasar a este hombre que araba con sus bueyes un
surco solo, largo, recto, a lo largo de las montañas, a través de los ríos. Nadie se
atrevió a despertarle. Una mañana llegó al mar. Rompían las olas en sus pechos. El
hombre sintió el agua por el vientre y despertó. Paró a los bueyes y dejó de arar.
En un pueblo cercano preguntó dónde estaba y vendió los bueyes y el arado.
Luego cogió los dineros, y por el mismo surco que había hecho, volvió a su tierra.
(R. Sánchez Ferlosio)

  
Comentario personal.

Los bueyes son animales irracionales que son útiles para la agricultura y para el ser humano sin este animal nosotros no podríamos arar nuestras chacras, por esta simple razón hay que cuidarlos y no explotarlos.
 
 











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